Suma y sigue...

Lunes 21/01/08
13.40pm.
Una de las ejecutivas, Vanesa, se levanta alertada de su asiento a causa de un fuerte “aroma” que embriaga la oficina. Esta vez no es el tradicional olor a limón que inexplicablemente circula a sus anchas por los pasillos. No, esta vez es algo más... Cómo decirlo con delicadeza... Un hedor a cloaca... y su origen: el baño número 2. Rápidamente Vanesa empieza a gastar litros y litros de ambientador. Pero nada. ¿Quién es el dueño de tan horrible espectáculo?... Pronto se descubre.

Martes 22/01/08
10.00pm.
Un nuevo compañero se ha unido a los trabajadores de Salamaga. Es alguien que aunque pasa desapercibido cala muy hondo en cada uno de ellos. Es callado, silencioso pero muy revoltoso. Es nuestro compañero el virus, o “virusín” para los amigos. Llegó hace ya un mes y medio y desde entonces no se quiere marchar. Ahora intenta convivir con Jeni pero ella no le deja. Así que “virusín” no tiene más remedio que permanecer en el ambiente..

18.24pm. Todo está en orden en Salamaga. Es un martes como otro cualquiera. Y ocurre lo que tenía que ocurrir. Un ordenador se apaga, otro que no se decide a iniciar. Puede que “virusín” también haya iniciado una bonita amistad con los ordenadores. Puede que estos extraños sucesos tengan relación con la impresora Ricoh, como apuntan algunas fuentes. O puede que los informáticos se hayan hechizado por las dosis de “amor en equilibrio” con las que Petra nos rocía cada día... Y por ello nunca terminan la faena... Nunca se sabe.

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